Mi nombre es Sofía y soy maestra en Esploratori desde hace un año y medio. Desde el primer día que conocí el lugar, me enamoré de él. Se sintió como un hogar, con sus clases acogedoras y la naturaleza impresionante que lo rodeaba. Desde ese momento, al tener el honor de ser parte de esta comunidad, ya no solo estoy enamorada del centro educativo, sino que también me encargo de que cada día construyamos experiencias genuinas de aprendizaje dentro de él.
Es así como cada día se convierte en una aventura al dar un paso dentro del centro educativo. La imaginación vuela y hay miles de sorpresas preparadas para los chicos. Las sonrisas y el cariño no faltan, porque este es el ingrediente secreto para que todos sepamos con seguridad que pertenecemos a este sitio. Así se reciben y socializan también los niños y las niñas en Esploratori, por medio de risas, gestos de cariño y entusiasmo por jugar y compartir. Disfrutan su libertad, aunque siempre como maestra estoy pendiente de que sus experiencias sean seguras.
Por supuesto, es normal que al trabajar con bebés y niños pequeños, los llantos salgan a luz con facilidad. A veces por caídas, otras veces por pequeñas peleas, incluso por sueño o nostalgia. Aprendemos que las emociones son parte de nuestra vida, que podemos sentir tristeza, enojos, alegrías y también calma. Aprendemos a calmarnos, a respirar, a pedir perdón y a ayudar a los demás.
También aprendemos a ver el mundo con asombro, desde un pequeño insecto hasta una nube gigante nos puede llenar de preguntas. Y así es como surgen nuestros proyectos, ya que vemos la investigación y la exploración como una parte vital de la rutina. Las maestras nos encargamos de observar y anotar los intereses, los progresos y los retos que los niños y las niñas tienen en su proceso de desarrollo integral.
Procuramos que la mente, el cuerpo y el corazón encuentren su equilibrio al ejercitarse en conjunto. Además sabemos que cada persona que forma parte de nuestro grupo tiene algo que aportar para nuestro propio crecimiento. Y por eso, ser maestra en Esploratori me hace sentir inspirada, agradecida y asombrada.
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