Los abuelos.... Son estas personas mágicas llenas de sabiduría y amor y que están dispuestos a compartir con nosotros. En Esploratori celebramos el día del adulto mayor brindando homenaje a quienes nos regalaron la vida.  Ese día el kínder estuvo lleno de abuelos que compartieron con sus homogéneos y con los chicos. Los vimos bailando, brincando y comiendo como si fueran un niño más. Nuestros alumnos estaban orgullosos de poder compartir su espacio y enseñarles todo lo que podían hacer.

Estos momentos son claves para el correcto desenvolvimiento de los niños. Podemos ver las experiencias tan valiosas que sus abuelos comparten con sus nietos. Además de las anécdotas que les cuentan y que calan en sus vidas para siempre.

Lo más interesante de la relación abuelo-nieto es que no solo los niños se benefician, sino que los abuelos obtienen energías renovadas dadas por los pequeños que los motivan a hacer locuras que hace mucho tiempo no hacían. Realmente es una relación cómplice y se forma un vínculo que nadie más podría reemplazar.

Como sociedad debemos cuidar a estos ciudadanos de oro que tanto nos pueden enseñar. Se les debe dar su lugar en nuestro día a día. Debemos modelar a los niños, con nuestro ejemplo, el respeto y cariño que ellos se merecen. Si no les enseñamos a nuestros jóvenes esa empatía por ellos, ¿qué esperanza podemos tener como comunidad?  A veces parece que se nos olvida que todos vamos a ser adultos mayores en algún momento.

Considerando las fechas que estamos celebrando, me pareció justo rescatar la importancia de fomentar el concepto de independencia en nuestros niños. Como adultos nos cuesta permitir que los niños cometan errores. Los protegemos para que no sufran.  Sin embargo, ahí esta el grave error. Debemos permitir que los niños aprendan a través de sus logros y aprendan que no siempre se gana.

A través de la experimentación se puede ver cómo los chicos van midiendo sus habilidades. En Esploratori, tenemos unas llantas colocadas para que los  chicos les pasen por encima. Es muy interesante ver cómo cada uno trata de pasarlas de acuerdo a sus destrezas. Como guía, yo trato de fomentarles la seguridad para que las traten de pasar sin ayuda. Algunos chicos prefieren pasarlas por dentro. Esto también es válido siempre y cuando ellos vayan incrementando su nivel de dificultad a su propio ritmo. Esto les va generando seguridad y les enseña a tomar riesgos responsables. Otros chicos son más arriesgados e incluso pasan las llantas corriendo. Es así como cada uno va midiendo y desarrollando sus habilidades; nosotros solo debemos fomentar estos momentos de autodescubrimiento para así lograr incrementar su independencia.

El tomar riesgos responsables es un valor clave para el éxito en la vida. Debemos fomentar que nuestros niños sean capaces de arriesgarse y probar cosas nuevas. Solo cuando se les permite subirse a los árboles, ensuciarse, jugar con agua y medir sus destrezas es que se puede estar garantizando que estamos creando niños seguros de sí mismos. Un niño sabe medir sus habilidades y aunque nos dé miedo que se caiga, y a veces les pasa, debemos motivarlos a ponerse de pie y volver a intentarlo.