Cada día en Esploratori es un día de descubrimiento y nuevos logros. No existe un día aburrido. Desde el portón de la entrada se ve el jardín que invita a los chicos a jugar y explorar. Me encanta cuando los chicos me llaman para contarme sobre lo que están investigando con sus guías o cuando me enseñan un insecto que vieron. Es increíble oír a los chicos más grandes explicándoles a los más pequeños lo que ellos han aprendido, y ver a los más pequeños poner atención a cada palabra que les dicen sus compañeros mayores.

Finalmente, luego de empezar esta importante aventura de vida, mi mayor expectativa era ver la respuesta de los chicos cuando entraran a una escuela tradicional. Mi mayor alegría ha sido cuando los papás me cuentan que sus hijos han tenido una transición exitosa y que las escuelas consideran que vienen bien preparados. Esto nos da una gran tranquilidad de que nuestra labor es fructífera y va por buen camino.